miércoles, 13 de junio de 2012

Disfruta de la remolacha

    Este invierno, y por recomendación de Isabel, gran traductora del alemán, me apunté a  Disfruta y Verdura.
    Desde entonces, todos los martes recibimos en casa una caja llena de ricas sorpresas que nos permiten comer buena fruta y verdura y, además, nos "obliga" a mantener un buen ritmo de consumo de alimentos sanos.
      La sorpresa de la semana pasada fue un manojo de remolachas: mi hija Elena miró aquello con cara de pasmo, sin saber lo que era y sin ningunas ganas de comérselo. Pero eso es lo que tiene ser un lletraferit (en su caso, letraherida): en cuanto leyó en la hojita explicativa adjunta que con la remolacha podíamos preparar borscht, le cambió la cara: había leído tanto sobre el borscht en distintas novelas que la reticencia desapareció de golpe.

Y esta es la receta que llegaba con la caja y que resultó de-li-cio-sa:
4 remolachas
1 puerro
1 zanahoria
1 cebolla
1 litro de caldo (el socorrido caldo Aneto que está siempre en la despensa)
mantequilla
1 cucharada azúcar moreno
1 cucharada de vinagre
sal
pimienta
crema agria (o crema de leche normal en su defecto).

Preparación: lavar, pelar y picar las verduras bien finas. Rehogarlas en una cazuela con mantequilla durante diez minutos, removiendo para que no se peguen. Añadir sal, pimienta y azúcar, dejar que se haga unos minutos más. Incorporar el caldo y el vinagre y dejar que hierva unos 15 minutos.
Retirar del fuego y pasar por la batidora hasta obtener una crema.
Añadir un vaso de crema agria y cocer un minuto a fuego suave, removiendo, y dejar reposar unas horas.
Se puede tomar caliente o tibia.

Como no teníamos crema agria pusimos queso Philadelphia (sí, ya sé, eso es como la hiedra para el mal arquitecto:  un recurso socorrido que desvirtúa lo auténtico y disimula defectos, pero es que no sabía dónde encontrar la dichosa crema agria).
Ganó muchísimo con el reposo, estaba mucho mejor a las pocas horas.
Supongo que, como pasa tantas veces, se parecerá poco a la receta auténtica y original, pero aseguro que estaba riquísima.